Colombia es un país joven, relativamente joven, cuenta la historia nacional que apenas tiene 212 años, sin embargo, el proceso de ser Colombia es un proceso que se da en el tiempo y no algo que ocurre inmediatamente. Es bueno aclarar que hace 212 años nos llamábamos Nueva granada. Los procesos de la humanidad son mucho más interesantes y se mueven a un ritmo imperceptible para nosotros en nuestra vida, pero a grandes pasos cuando nos tomamos el tiempo de analizar los distintos periodos por los que van atravesando los pueblos y sus territorios.
Empezamos a figurar en el mapa apenas finalizando el siglo XV, el contexto de esta época podría darnos luces sobre lo que significo este descubrimiento. Estaba la humanidad en pleno renacimiento, el arte y la ciencia pululaban en Europa y los reinos se iban unos contra otros con la intención de sobrevivir al vertiginoso momento histórico, la población aún estaba siendo azotada por la peste negra, y el mundo en general se estaba reestructurando.
En plena reestructuración aparece el nuevo continente, los nuevos pueblos llenos de riqueza y recursos, un producto como la papa fue imprescindible para un viejo continente que estaba muriendo de hambruna. Las riquezas de las Américas construyeron la Europa de esa época, holandeses, españoles, franceses, ingleses, portugueses, entre otros, se repartieron el nuevo mundo y para mal o para bien conquistaron toda américa.
En 1542 se crea el virreinato del Perú del cual Colombia hacia parte y que se empezó a fracturar para más fácil manejo de la corona española, es hasta 1717 que surge la nueva granada como virreinato que aún mantiene varios países que hoy en día siguen rumbos distintos pero que irremediablemente surgieron de este momento de la historia y que tienen, por ende, su destino ligado el uno con el otro.
Si analizamos lo sucedido en 1810, nos damos cuenta que el virreinato de la nueva granada solo tenía 100 años de historia, pero venía siendo minado desde la formación del virreinato del Perú y lo que unía esta degradación desde el principio es que seguía siendo un proceso del renacimiento como comenzamos a mencionarlo al inicio del artículo, justo en esa época Europa estaba llena de guerras y el imperio español cada vez más débil para mantener su poder tanto en un lado del mar como en el otro, en Francia estaban decapitando reyes y hablando de los derechos del hombre, en América del norte se hablaba de la primera constitución política del mundo y las ideas llegaron hasta Santa fe de Bogotá donde unos criollos (hijos de españoles nacidos en el nuevo mundo), se unieron y planearon la manera de generar una revuelta pidiendo prestado un florero a un español comerciante José González Llorente que al no prestarlo, detono en un grito que unía el deseo de toda una generación y un mundo que estaba cambiando, “Libertad”, “Independencia” empezaron a exigir por primera vez en el nuevo mundo. Las ideas del renacimiento ya habían cruzado el mar.
Pasar a llamarnos Colombia o lograr la independencia y la separación de las diferentes republicas es un proceso muy distinto y largo en el tiempo. Sea esta historia un llamado a sentir que toda pequeña acción puede cambiar el mundo y que todo está más unido de lo que podemos llegar a pensar. Nos anime a luchar por la independencia de nosotros mismos y quizá animarnos a crear el mejor país posible. La mejor Colombia que podamos imaginar.
Paz, amor y chocolates.