¿Usted sabe qué es el Pacto para el Futuro?

INFORME ESPECIAL

Por: John del Río

Comunicador social y periodista

Redacción San Buenaventura Estéreo 95.4 F.M

Viernes, 27 de septiembre, de 2024

12:00 m.

La mayoría de los medios de comunicación en el mundo, han divulgado por estos días, una noticia que le incumbe a un gran número de países en la actualidad, el 79.º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que comenzó el 10 de septiembre de 2024, pero el primer día del debate general de alto nivel fue el martes 24 de septiembre.

De acuerdo con www.un.org en el marco del evento antes mencionado, tuvo lugar La “Cumbre del Futuro de septiembre de 2024”, la cual ha arrojado un “Pacto de Futuro” conciliado entre algunos de los gobiernos participantes y con el objetivo de actuar, acerca de:

• El desarrollo sostenible y financiación del desarrollo.

• La paz y la seguridad internacionales.

• La ciencia, la tecnología e innovación y la cooperación digital.

• La juventud y las generaciones futuras; y

• La transformación de la gobernanza mundial.

Además de lo anterior, el evento de La Cumbre, originó un pacto digital mundial y una declaración sobre las generaciones futuras (Resolución 76/307).

Como respaldo a los Estados miembros, António Manuel de Oliveira Guterres, político portugués, que desde el 1 de enero de 2017, es el secretario general de las Naciones Unidas (UN), presentó propuestas en 11 Informes de políticas, profundizando en las ideas expuestas inicialmente en el informe Nuestra Agenda común.

Pero, si ya es bien sabido, por experiencias anteriores, como lo asiente www.theconversation.com que, “esta clase de acuerdos siempre suponen un reto, la actual coyuntura internacional, marcada por la agresión rusa a Ucrania, la de Israel contra Gaza, y el riesgo de escalada regional no invitan al optimismo. En este contexto es francamente complicado que los Estados abandonen sus bloques tradicionales y apuesten por alianzas temáticas”.

De otro lado, pero igualmente enmarcado en el desarrollo del mismo evento, el joven influencer y escritor argentino @AgustinLaje, quien se ha convertido en una figura central en la escena política latinoamericana y quien es considerado por la crítica como un buen polemista, brinda los siguientes argumentos ya digeridos, sobre la posición de su primer mandatario @JMilei en dicha cumbre:

La oposición a la Agenda 2030 del actual presidente de Argentina, “es una lección de democracia y libertad a todo el mundo, lo mismo que el anuncio de desvincular su país al “Pacto del Futuro”, lo cual considera la lavada de rostro de la agenda globalista de cara al año 2045”.

El polémico escritor gaucho agregó: “La Agenda 2030 surgió en 2015 del trabajo de dos grupos de 30 personas cada uno, y un “Foro Político de Alto Nivel” compuesto también por un puñado de burócratas globalistas, dirigido por la ONU. Este grupo de personas confeccionó una agenda de 17 objetivos y 169 metas, y la presentaron como la “agenda de la Humanidad”. La resolución 70/1, por medio de la cual la impulsaron, sostuvo que era una “agenda inclusiva” y que se había diseñado “de abajo hacia arriba”. Esto no era más que una mentira: una élite diminuta y arrogante como diría Hayek, pretendía hablar en nombre de 8mil millones de seres humanos”.

Las hipótesis que en esta materia lanza Laje, no son de poca monta, arremete no solo en contra de las UN, sino también de cierto segmento de la clase política mundial actual, y dice: “La verdad fue que no sometieron su agenda a ningún mecanismo democrático, no consultaron a ningún pueblo al respecto. Simplemente se dedicaron a repetir sus palabras mágicas: “inclusión, diversidad y sostenibilidad”. De un día para otro, las naciones del mundo vieron cómo se les imponía una serie de objetivos y metas que jamás habían debatido ni votado. Como dice la citada resolución, todos los objetivos y metas de la Agenda 2030 son universales, integrales e indivisibles. Esto significa, en resumen, dos cosas: que esta agenda es obligatoria para todo el mundo a pesar de que nadie fuera consultado, y que todos sus elementos conforman un sistema al que no se le puede agregar ni quitar nada. Es decir, lo que la Agenda 2030 reclama es un compromiso ciego y acrítico, incluso dogmático, para con el poder político global”.

De igual manera, el académico argentino debate el propósito de la Agenda 2030, que se originó, según las UN como respuesta a la necesidad de abordar los desafíos mundiales más urgentes, como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático, la degradación ambiental y la falta de desarrollo sostenible, entre otros, sugiriendo que: “Esta agenda fue diseñada con dos objetivos fundamentales. Por un lado, expandir el poder político en todos los ámbitos. Educación, salud, sexualidad, reproducción, cultura, economía, trabajo, industria, agricultura, comunicaciones, tecnología, medioambiente: la Agenda 2030 no deja ámbito de la vida sin intervenir, y es por eso la mejor coartada de los políticos para incrementar su poder a expensas de la sociedad civil”.

Y, como si lo anterior fuera poco, Agustín Laje enuncia una segunda ambición, para la cual fue creada la mencionada agenda: “Aunque parezca contradictorio, la agenda 2030 ha sido diseñada para fracasar. Sus objetivos y metas, tremendamente maximalistas, que parecen casi una carta de un niño a Papa Noel, no serán cumplidas en lo que resta de tiempo para el año 2030. En el “Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” del año 2023, la propia ONU reconoció que el mundo no ha avanzado en casi de ninguno de los objetivos establecidos, y que debemos prepararnos para un enorme fracaso. La Agenda 2030 está diseñada para fracasar, porque es lo que permite a la burocracia global desparramar culpas, deslegitimar a las naciones y solicitar en consecuencia cada vez más poder a los Estados y avanzar así en agendas cada vez más radicales”.

Así es pues, como las aseveraciones de Laje parecen tener peso, pues ya eran bien sabidas internacionalmente, las desventajas de dicha agenda, en cuanto a que no se tomaron en cuenta para su implementación los contextos locales, la poca claridad de los datos para su diseño, una agenda carente de estrategias y sin un cronograma de tiempo para alcanzar las metas e ignoran el contexto político y empresarial de los países, entre otros.

El remate del análisis del escritor respecto al tema, lo hace con un concepto nuevo: “El Pacto del Futuro”. Dice, que por el fracaso inducido de la Agenda 2030, “la ONU ya está preparando su reemplazo, así como la Agenda 2030 fue el reemplazo de los Objetivos del Milenio, que también constituyó un inmenso fracaso, El “Pacto del Futuro” es la nueva coartada para radicalizar el poder globalista de cara al 2045”.

Finalmente, con el pesimismo racional que se ve en varios escenarios internacionales en la actualidad, los riesgos que conlleva la existencia del ser humano y los desafíos que ha traído una aldea global, son tantos y variopintos, que no hay otra opción, que combatir esa negatividad con la voluntad.