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A propósito del paro de los camioneros en Colombia

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INFORME ESPECIAL

Por: John del Río

Comunicador social y periodista


Redacción San Buenaventura Estéreo 95.4 F.M

Viernes, 06 de agosto, de 2024

12:00 m.


De acuerdo con Yeniffer Camargo Bonilla, académica de la Universidad Autónoma de Zacatecas, en www.scielo.org.mx escribe que, “El transporte es un servicio que ha existido desde siempre en la vida y cotidianidad de los pueblos. Sus cambios derivan, por una parte, de las necesidades y exigencias de la población en busca de mejores condiciones de movilidad comercial e individual y, por otra, de las tensiones y desórdenes generados al interior de cada sistema, es decir, los problemas acarreados desde la compleja articulación de la geografía, la economía, la sociedad y las políticas institucionales del Estado”.


En los anales de la historia colombiana, es bien sabido, que las poblaciones prehispánicas fueron quienes usaron por primera vez, una forma establecida de transportarse entre un lugar a otro, y fue precisamente la actividad del trueque y el intercambio de productos en el comercio, lo que les exigió crear diferentes formas de moverse, desplazarse y transportarse, influyendo incluso en su organización social.


La posición privilegiada de Colombia, que separa dos mares, y linda con tres fronteras, favoreció la implementación de un sistema de transporte diferente y para varios fines en el pasado. Las condiciones geográficas, sociales, económicas y políticas facilitaron un desarrollo variado del transporte, por ejemplo, mientras en Antioquia se apostó por el ferrocarril, en la costa Caribe se potencializó al río Magdalena.


Colombia ha tenido un sistema de transporte básico para la integración de un país con variadas regiones, topografía e historia, se ha desarrollado de acuerdo a las necesidades de la población y a los cambios sociales, en la medida, que se ha dado cuenta de su inserción en el mundo acelerado actual.


Y ya lo había sugerido Darío Samper: “No podemos olvidar que el transporte, ya sea de empresa privada u oficial, es un servicio público, es indispensable para la mayoría de los habitantes. Por lo tanto, ha constituido un foco de intervención e inversión para el Estado, es decir, el transporte ha sido parte integral de la política económica estatal, que se ha encargado de articular en forma funcional a los puertos, líneas férreas y caminos o carreteras”.


La realidad del transporte colombiano, es que está atrasado con respecto a otras geografías latinoamericanas, y por ende respecto a las mundiales, hay un atraso en infraestructura de transporte desde el punto de vista de la congestión en las vías, en los puertos y aeropuertos, o en el poco progreso en las ideas y la realización de los proyectos, que no es equiparable con los costos de los impuestos a los vehículos para su compra y mantenimiento, y mucho menos en el precio de los combustibles para su funcionamiento.


El paro camionero que empezó el lunes, 2 de septiembre, de 2024, es el resultado de una olla a presión que no se pudo contener más, hasta que estalló, en parte, por el aumento en los precios de la gasolina y el diésel (conocido también como ACPM).


Según www.uniandes.edu.co en 2022, con el objetivo de aumentar la inversión social, el Gobierno Petro implementó un aumento gradual en el precio de la gasolina, pero pospuso la decisión sobre el diésel, ya que su incremento tendría un fuerte impacto en la inflación.


El 30 de agosto de 2024, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, los Ministerios de Minas y Energía y de Hacienda y Crédito Público autorizaron un aumento de mil novecientos cuatro pesos, en el precio de venta al público del galón de diésel, efectivo a partir del sábado 31 de agosto. Lo anterior, colmó la paciencia de los transportadores y propagó el paro organizado, por distintos gremios de transportadores de carga.


El decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Hernando Zuleta y el director del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (CEDE) de la Facultad de Economía, Marc Hofstetter, coincidieron en dos aspectos claves de sus análisis sobre los efectos económicos del paro camionero en Colombia:


Duración de un paro como factor clave, ambos destacaron que: “el impacto económico depende en gran medida de cuánto tiempo dure un paro. Zuleta menciona que un cese prolongado (más de una semana) tendrá efectos significativos, mientras que Hofstetter señala que la duración es una variable crucial, tal como lo evidenció el paro de 2021”.


De otro lado, el impacto en la inflación de alimentos, los dos académicos coinciden en que: “los efectos de un paro se ven reflejados principalmente en el aumento de los precios de los alimentos, en especial los perecederos. Zuleta explica que si el paro se extiende, habrá escasez de bienes como frutas y verduras, lo que incrementará los precios. Hofstetter también subraya que los alimentos reaccionan primero y se verían afectados con aumentos de hasta 5 o 6 puntos porcentuales, como ocurrió en 2021”.


También, el decano y el director del CEDE, resaltaron las consecuencias a corto y largo plazo, ambos están de acuerdo en que los efectos económicos no se limitan al corto plazo. Mientras Zuleta menciona “una caída en el ingreso real de las personas debido al aumento de precios, Hofstetter resalta que los efectos del paro de 2021 continuaron un año después debido a las pérdidas en el sector agrícola”.


Ambos letrados destacan la gravedad del impacto económico si un paro se prolonga, especialmente en términos de inflación y escasez de alimentos.


Asimismo, en el aspecto político del actual paro camionero en Colombia, la vicedecana de Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, Laura Wills, y el profesor del Departamento de Ciencia Política, Juan Carlos Rodríguez Raga, manifiestan que está en juego la gobernabilidad y coinciden en:

Surgimiento de presión sobre el Gobierno Petro: Ambos destacan que: “el paro genera una presión significativa sobre el Gobierno. Wills menciona que el paro pone de manifiesto la dificultad del Ejecutivo para manejar problemas estructurales mediante el diálogo y la negociación. Rodríguez Raga señala que, aunque hay presión tanto sobre el Gobierno como sobre los manifestantes, la administración Petro tiende a verse más afectada por dicha presión debido a su posición”.


También, puede generarse legitimidad de las demandas, los profesores analizan el paro como: “una lucha de legitimidades. Wills resalta la tensión entre las políticas redistributivas del Gobierno y las demandas del gremio camionero, mientras que Rodríguez Raga sugiere que la reacción ciudadana dependerá de la legitimidad percibida de las demandas de los transportadores frente a la posición del Gobierno”.


Otro aspecto para resaltar, es el impacto en la gobernabilidad, “Wills señala que el paro afecta la gobernabilidad y estabilidad económica del Gobierno de Petro. Rodríguez Raga también hace referencia a cómo este tipo de conflictos puede erosionar la percepción ciudadana del Ejecutivo si no se maneja adecuadamente”.


Ambos coinciden en que el paro refleja tensiones políticas y sociales que ponen en riesgo la estabilidad del mandato Petro.


En conclusión, si en un país como Colombia, un barrio, vereda, municipio, departamento o región, no se entiende y no se ejecuta la importancia de una sólida infraestructura y un sistema de transporte en la actualidad, traducida en buena calidad y precio justo, el impacto negativo aparecerá en las obsoletas, ineficientes y escasas redes de comunicación y la relación de una población y unas regiones dispersas en un espacio con características geográficas completamente diferentes, en segundo lugar, la poca estimulación al sector industrial frenará su crecimiento y en tercer lugar, el atraso de los medios de transporte por la inestabilidad política, complejiza más el problema sumado a algunos intereses particulares del gobierno y por último, afectará sustancialmente el crecimiento urbano.

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